viernes, 20 de julio de 2012

Asómate a la biblioteca de otro.


¿Qué sueles mirar cuando te quedas a solas en una casa que no es la tuya mientras te traen una bebida? Las fotos, los cuadros y… la estantería con libros.  En el fondo, esto es lo que hacemos aquí, darle un vistazo a los libros de otros, sobre todo si son los libros de alguien al que le gusta leer. Esa colección que vas reuniendo con el tiempo, está tan llena de aciertos como de errores, pero te retrata a la perfección, es reflejo de lo que eres, de lo que piensas, de lo que te fascina. 

Hoy os propongo darle una mirada a la biblioteca personal de Borges. 

 

Por las noches, Borges soñaba con bibliotecas y dejó por escrito su selección personal conformada por  aquellos libros que ayudaron a componer su genio. La ceguera le impidió disfrutar de su Shangri-La personal cuando fue nombrado director de la Biblioteca Nacional Argentina:

«Poco a poco fui comprendiendo la extraña ironía de los hechos. Yo siempre me había imaginado el Paraíso bajo la especie de una biblioteca. Ahí estaba yo. Era, de algún modo, el centro de novecientos mil volúmenes en diversos idiomas. Comprobé que apenas podía descifrar las carátulas y los lomos. Entonces escribí el Poema de los dones»
 



Nos seguimos leyendo.

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